Los dos simplones que, pues solo son dos, que han insertado sus desagradables comentarios sobre la gaita, seguro que ellos escuchan lo normal en gente así, ruidos de la llamada "música máquina" y cosas por el estilo. ¡Acaso sabe el burro cuando es día festivo, pues no, lo sospecha cuando le ponen la albarda. Y esperemos que la sacrificada María, que renuncia a su diversión para que los otros se diviertan, no nos diga hasta nunca.