Hace unos días, por casualidad, me enteré de un tema desagradable: Resulta que una señora de éste nuestro querido pueblo, que tiene un desmesurado afán por “amasar” posesiones de todo tipo, es posible que hasta basura, que llega al desvarío, hasta el extremo de discutir por unas nueces de un árbol, un nogal, que no es suyo y que es de todos sabido, que los dueños del citado nogal, desde hace años, quieren que las nueces las recoja Ricardo y Jesusa, y desde el año 2005, hacia Barcelona, pues que las recogiera la compulsiva señora, que no hay duda en que antiguamente, llamaríamos lorcha.
Eso es lo que los dueños comentaban de forma natural, en cualquier parte de Lubián, escuchándolo todo el mundo. Y esa mencionada señora, a la que todo le vale con tal de poseer lo que sea. ¡Qué horror!, lo sabe perfectamente. Hace muchos años que las recolectaban sus dueños, y cuando no han podido, seguro, seguro, que encargaban a Jesusa y Ricardo, pues además muy generosamente, estos, les llevaban parte de las nueces que cogían, juntamente con más frutas de ellos mismos.
Precisamente en la cosecha del 2005, se comentaba que nos solamente iba ella sino que llevaba a la familia en pleno, marido hijo hermano, cuñada y hasta sobrina, mientras que de la otra parte cogía, en la mayoría de los casos, uno de ellos, normalmente Jesusa. No me comentaron, si este año hizo la misma jugarreta.
No se sabe si los dueños del nogal están enterados del bochornoso espectáculo que dio, yendo a coger las nueces en las mismas narices de las personas que estaban autorizadas, haciéndoles pasar un mal rato y obligándoles a renunciar, ya que por lo visto no volvieron a coger una Contrariamente a las mañas de siempre de la consabida señora, que siguió con su crónico cometido, haciendo su particular acopio, y así, cada día las cogía.
No le preocupó en absoluto poner en evidencia a los dueños, que sin comerlo ni beberlo, los incluyó en su ruin afán, en sus miserias sin límite, sin detenerse a pensar el daño que les haría su reprobable comportamiento usurpador, incluso discutiendo con más vecinos haciendo comentarios que clarísimamente ponían en evidencia, y podían enemistar a esos vecinos con los dueños del nogal.
Esperemos que las cosas se aclaren, que los dueños no tengan problemas derivados de la desvergüenza, de la avaricia, del desmedido egoísmo ajeno, pues seguro que aunque se callen, les sentirán fatal, muy mal, cuando se enteren del asunto. Que es posible que los dueños se callen, por temer que el rencor y la venganza de ésta señora, hagan de ellos su diana.
Y sería lógico esperar, que esa persona que sólo vive para practicar el verbo que todos sabemos, recapacite y no ponga en un brete a los dueños y no tengas la desfachatez de osar ponerse debajo del nogal en el próximo otoño, pues después de lo ocurrido sería oportuno que no se atreviera en ningún caso, ni tan siquiera aunque los dueños, con la boca pequeña, le digan que coja la nueces, por no atreverse a decir otra cosa debido a la presión ejercida por la pedigüeña y por la mala fama que tiene.
Tampoco se entiende que su hija, la hija de la comentada señora, que parece ser que es otro tipo de persona, que tiene algún tipo de estudios y por tanto, cierta educación implícita, no se de cuenta de las vivencias de su madre, y no le haga comprender que con su afán, además de bienes, cosecha antipatía, desprecio, soledad…
Veremos, esperemos que se comporte adecuadamente en la próxima cosecha de nueces y no coja ní las que aquí se citan, ni otras, que solamente coja las de su propiedad.
Eso es lo que los dueños comentaban de forma natural, en cualquier parte de Lubián, escuchándolo todo el mundo. Y esa mencionada señora, a la que todo le vale con tal de poseer lo que sea. ¡Qué horror!, lo sabe perfectamente. Hace muchos años que las recolectaban sus dueños, y cuando no han podido, seguro, seguro, que encargaban a Jesusa y Ricardo, pues además muy generosamente, estos, les llevaban parte de las nueces que cogían, juntamente con más frutas de ellos mismos.
Precisamente en la cosecha del 2005, se comentaba que nos solamente iba ella sino que llevaba a la familia en pleno, marido hijo hermano, cuñada y hasta sobrina, mientras que de la otra parte cogía, en la mayoría de los casos, uno de ellos, normalmente Jesusa. No me comentaron, si este año hizo la misma jugarreta.
No se sabe si los dueños del nogal están enterados del bochornoso espectáculo que dio, yendo a coger las nueces en las mismas narices de las personas que estaban autorizadas, haciéndoles pasar un mal rato y obligándoles a renunciar, ya que por lo visto no volvieron a coger una Contrariamente a las mañas de siempre de la consabida señora, que siguió con su crónico cometido, haciendo su particular acopio, y así, cada día las cogía.
No le preocupó en absoluto poner en evidencia a los dueños, que sin comerlo ni beberlo, los incluyó en su ruin afán, en sus miserias sin límite, sin detenerse a pensar el daño que les haría su reprobable comportamiento usurpador, incluso discutiendo con más vecinos haciendo comentarios que clarísimamente ponían en evidencia, y podían enemistar a esos vecinos con los dueños del nogal.
Esperemos que las cosas se aclaren, que los dueños no tengan problemas derivados de la desvergüenza, de la avaricia, del desmedido egoísmo ajeno, pues seguro que aunque se callen, les sentirán fatal, muy mal, cuando se enteren del asunto. Que es posible que los dueños se callen, por temer que el rencor y la venganza de ésta señora, hagan de ellos su diana.
Y sería lógico esperar, que esa persona que sólo vive para practicar el verbo que todos sabemos, recapacite y no ponga en un brete a los dueños y no tengas la desfachatez de osar ponerse debajo del nogal en el próximo otoño, pues después de lo ocurrido sería oportuno que no se atreviera en ningún caso, ni tan siquiera aunque los dueños, con la boca pequeña, le digan que coja la nueces, por no atreverse a decir otra cosa debido a la presión ejercida por la pedigüeña y por la mala fama que tiene.
Tampoco se entiende que su hija, la hija de la comentada señora, que parece ser que es otro tipo de persona, que tiene algún tipo de estudios y por tanto, cierta educación implícita, no se de cuenta de las vivencias de su madre, y no le haga comprender que con su afán, además de bienes, cosecha antipatía, desprecio, soledad…
Veremos, esperemos que se comporte adecuadamente en la próxima cosecha de nueces y no coja ní las que aquí se citan, ni otras, que solamente coja las de su propiedad.