La última vez que vi a mi padre fue en la Gran
Estación Central del Curisco. Yo venía de estar con mi abuela en Ponte de Xanares, y me dirigía a una casita de
campo que mi madre había alquilado en Carnatiño; escribí a mi padre diciéndole que pasaría hora y media en El Curisco debido al cambio de
trenes, y preguntándole si podíamos
comer juntos. Su secretaria me contestó que se reuniría conmigo en el
quiosco de
información al mediodía, y cuando aún estaban dando las doce le vi venir a través de la
... (ver texto completo)