Es al revés, contradictorio amigo de los silogismos: antes bajabas al río desde la Tuíza o desde el coto por el camino del molino, perfectamente limpio y transitable, para personas, para animales y para carros; también podías bajar por un sendero más abrupto que mantenían abierto pescadores y bañistas.
Ahora, no. A no ser que bajes reptando por debajo de zarzas, hiniestas y brezos de dos metros de altura.
Tampoco hace falta que te líes tanto con ovillos y silogismos. La realidad de cada instante en cada lugar tiene mucho que ver con una suma: naturaleza más humanos que habitan en ese lugar en ese instante.
¿Izquierdas? ¿Derechas? También los hay ambidiestros.
Ahora, no. A no ser que bajes reptando por debajo de zarzas, hiniestas y brezos de dos metros de altura.
Tampoco hace falta que te líes tanto con ovillos y silogismos. La realidad de cada instante en cada lugar tiene mucho que ver con una suma: naturaleza más humanos que habitan en ese lugar en ese instante.
¿Izquierdas? ¿Derechas? También los hay ambidiestros.