Mira, Ricardo, en aquellos tiempos en Andorra todo era de extraperlo. Aquel almanaque nunca sería comparable -ni sus "santos" tampoco- a tu estampa. Donde esté la piel humana suave, que se quite el brillo del papel de la revista Macho de illo tempore.
Y donde esté tu hermanito pequeño, que se quiten las espadas enarboladas por figurines en el papel.
Y donde esté tu hermanito pequeño, que se quiten las espadas enarboladas por figurines en el papel.