...//...
Dos de los fugitivos no hubieran regresado por nada del mundo, pero Zangalleirón estaba hecho de otra pasta.
Con las primeras luces del amanecer, los dos estudiantes, pálidos de ansiedad y con el terror de su aventura latiendo aún tumultuosamente en su sangre, llegaron a la Facultad.
-- ¿Lo has visto? --exclamó uno de ellos.
-- ¡Dios! Sí... ¿Qué vamos a hacer?
Se encaminaron a la parte de atrás del edificio, donde vieron un carruaje ligero con un caballo uncido y atado por el ronzal a una verja, cerca de la sala de disección. Maquinalmente, los dos jóvenes entraron en la sala. Sentado en un banco, a oscuras, vieron al desgarbado Zangalleirón. El gigante se puso en pie, sonriendo, todo ojos y dientes:
--Estoy esperando mi paga --dijo.
Desnudo sobre una larga mesa, yacía el cadáver de Baldrogas. Tenía la cabeza manchada de sangre y arcilla por haber recibido un golpe de azada.
Advertido cierto abandono en los soldados que custodian este foro, he de agradecer a Ambrose Bierce su obligada colaboración, una vez cumplido el arresto.
Dos de los fugitivos no hubieran regresado por nada del mundo, pero Zangalleirón estaba hecho de otra pasta.
Con las primeras luces del amanecer, los dos estudiantes, pálidos de ansiedad y con el terror de su aventura latiendo aún tumultuosamente en su sangre, llegaron a la Facultad.
-- ¿Lo has visto? --exclamó uno de ellos.
-- ¡Dios! Sí... ¿Qué vamos a hacer?
Se encaminaron a la parte de atrás del edificio, donde vieron un carruaje ligero con un caballo uncido y atado por el ronzal a una verja, cerca de la sala de disección. Maquinalmente, los dos jóvenes entraron en la sala. Sentado en un banco, a oscuras, vieron al desgarbado Zangalleirón. El gigante se puso en pie, sonriendo, todo ojos y dientes:
--Estoy esperando mi paga --dijo.
Desnudo sobre una larga mesa, yacía el cadáver de Baldrogas. Tenía la cabeza manchada de sangre y arcilla por haber recibido un golpe de azada.
Advertido cierto abandono en los soldados que custodian este foro, he de agradecer a Ambrose Bierce su obligada colaboración, una vez cumplido el arresto.