Dónde es la dulce sombra malherida? fatídica y sutil, malvada y serena, somicosa y encorbada, corona de ayer, manchada perversa; Descosidos malpensados, alegres colgajos bautizando el viento, refrescan los liquidos de caracter sutil y mirando con ojos de faba maleida; coraje maduro, de perdida desconsolada, lloras malbaratando con lagrimas de cartón. Dónde es la rosa de la concordia? que germina atemorizada llena de cenizas, que estallan extasiadas por los gritos liberados de las voces que resuenan en la amargura de la claridad; y la serenidad, dónde és? por las cimas malditas de los templos malheridos, sangre azul y orgullo y riergo debil, flamencos y descalzados pisando la arena y con las manos de piel descalzo y lenguas de vapor, agredida y ultrajada por el tiempo trangresor que reclama ventaja, para ser perfilada en el tiempo en secreto rumor y ser sutil como la clara raposa.