El pueblo en primavera.
Canta el mirlo en los regatos,
Entonando dulces notas
Echan margaritas los campos.
Y los arboles sus hojas.
Sobre la hierba de la fuente.
Inquieta emerge la rana,
En tanto un ciervo bebe
Al despertar la mañana.
Las montañas son altas,
Los prados son verdes,
Los habitantes entusiastas
Es de admirar esas gentes.
Las casas, da gusto el verlas
Calles, mucho han mejorado!
Las fuentes bien restauradas,
Con abrevaderos al lado.
¡Qué decir de ese campo!
El que tenemos aquí al lado,
Hoy satisface al mirarlo,
Hacia un tiempo, abandonado.
Hay castaños, centenarios,
Varias plantaciones nuevas,
Se estimulan los ánimos,
Caminar por sus riberas.
Ese olor a manzanilla,
Y ese brezo variado,
La brisa de la mañana,
Con el rocío regado,
Es un placer de alta estima,
Pocas veces valorado.
Canta el mirlo en los regatos,
Entonando dulces notas
Echan margaritas los campos.
Y los arboles sus hojas.
Sobre la hierba de la fuente.
Inquieta emerge la rana,
En tanto un ciervo bebe
Al despertar la mañana.
Las montañas son altas,
Los prados son verdes,
Los habitantes entusiastas
Es de admirar esas gentes.
Las casas, da gusto el verlas
Calles, mucho han mejorado!
Las fuentes bien restauradas,
Con abrevaderos al lado.
¡Qué decir de ese campo!
El que tenemos aquí al lado,
Hoy satisface al mirarlo,
Hacia un tiempo, abandonado.
Hay castaños, centenarios,
Varias plantaciones nuevas,
Se estimulan los ánimos,
Caminar por sus riberas.
Ese olor a manzanilla,
Y ese brezo variado,
La brisa de la mañana,
Con el rocío regado,
Es un placer de alta estima,
Pocas veces valorado.