Bueno mirar lo que os digo, dijo una parroquiana, llevamos todo el día bobiando tras la carta misteriosa y no resolvemos nada. Tengo el puchero a la lumbre y se me estarán consumiendo las habas. Esta
noche ni cena ni nada y cuando llegue el marido no nos deja dormir en la cama y nos toca pasar la noche al sereno.
El que viene aberruntando por la
casa de ladrillo, tiene algo que a la gente le resulta familiar, además del acento andaluz les recuerda a un muchacho de Algarinejo, asiduo de este
pueblo.
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