"No he venido aquí a arrojar mi discurso contra nadie
ni a disparar vítores y cohetes debajo del
balcón del Presidente.
He venido a dar libertad a mis palabras.
Creo que en realidad he venido a hacer algunos ejercicios de garganta.
Creo que por ahora no he venido más que a gritar,
a derramarme como el
agua y como el llanto.
Y no sé a quién fecundo
ni a quién anego
ni a quién quito la sed.
Estamos en la época del grito y de las lágrimas y aún no hemos llegado a la
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