Hablando de erecciones, ahí va un chiste.
A los 85 años de edad, Hipólito se casa con Ana, de 35.
Ana, en consideración con su futuro marido decide que después de la boda tendrán dormitorios separados.
Después de la ceremonia y la cena, Ana se prepara para dormir, cuando se escuchan golpes en la puerta. Va a abrir y allí está Hipólito listo para la acción.
Concluido el acto, Hipólito le da un beso de buenas noches y vuelve a su dormitorio.
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