Y final.
Se habló un poco de todo, se contaron chascarrillos, recuerdos, se habló hasta de
pesca, de la de ir a
pescar, me refiero, pues sabido es que en nuestro
pueblo hablar de pesca es hablar del camioneto que llega al pueblo a vender
pescado.
Al poco rato le pedimos la cuenta, tiene por
costumbre hacerla con el bolígrafo en la mesa, sobre el mismo mantel de papel, buscando la zona más despejada y con menos grasa.
Tres de conejo, una de callos, una de pulpo, dos ensaladas......
pan, vino,
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