Ahora que pienso, no se si no sentiría cierta envidia o añoraría su infancia.
Seguro que sí, porque él tuvo una infancia
feliz a su manera, pero muy distinta a la nuestra. Eran 5 hermanos y con 9 años ya trabajaba de zagal cuidando
ovejas para otros pastores, que por aquel entonces, ponían a trabajar a los niños muy temprano, tal y como ahora pasa en los paises pobres.