Pues lo intentaré, Montse, a ver si me sale.
Eso es lo que nos hacían para el domíngo tortillero, despúes de recorrer casa a casa recogiendo los ingredientes. Más tarde el brazo gitano y la tarta que nos hacía Matea al horno, era lo que nos comíamos, junto con flan y natillas. Todo ello de postre tras el pollo.
Eso es lo que nos hacían para el domíngo tortillero, despúes de recorrer casa a casa recogiendo los ingredientes. Más tarde el brazo gitano y la tarta que nos hacía Matea al horno, era lo que nos comíamos, junto con flan y natillas. Todo ello de postre tras el pollo.
Yo recuerdo a mí madre que no nos dejaba entrar en la cocina cuando cocía el bollo, decía que los aires que entraban no dejaba que subiera el bollo. Que manías o qué razones...