Vengo tan desconectada del mundanal ruido, que no soy consciente del curro que me han echado encima nada más llegar. Parece que me estaban esperando. No saben que me pasé la
noche del sábado al domingo de jarana con la
boda y aún me dura la resaca.
Pero, bueno, ya estoy en marcha otra vez, como si no hubiera estado en
Malva, porque aquí en dos días te olvidas. Poco a poco y siempre a ello, como dice Silvia