Es que como les de la sandez, te la quietan. A mi ya me han quitado unas cuantas. Con el tiempo las he intentado poner de nuevo y que si quieres arroz, Catalina
todavía estábamos empezando a cenar porque está la alubiada en la mesa. anda que no cuesta ahora bajarlo todo.
Qué rico todo, me da una envidia ver los platos, aunque sea a medias de comer, que no veas. No sé si será por la hora.
Ahora, queda todo tapao por lo colorao de las alubias.
El hombre, seguramente, asentiría dando un cabezazo en la misma dirección que le llevaban sus pasos pero ni un solo gesto más. Y seguro que, a los dos, les sobraban la mitá las palabras que yo escuché, pa’ saber en qué tendrían más de media mañana entretenida. Y si yo los hubiera tenido por vecinos to’ la vida, también, pero así… Eso es lo que hace que uno se siente extraño si no está en su pueblo.
Diremos lo que queramos pero si uno ha nacido y mamao desde niño en un sitio, no podrás considerarte, de manera ninguna, del mismo. Si no sabes que cuando alguien abre la boca frente a ti, sin decir ni una palabra, te está preguntando por el chúculu chúculu nunca podrás decir que eres de un sitio. To’ lo más, que has venido a pasar unos días, (años, si no salen traslados) pero nada más.