Dormitas bajo las nubes, esperando la llegada del estío que traiga alegría y bullicio a tus calles antes de que el invierno vuelva a dejarlas otra vez desiertas.
También en ese silencio, roto solo por el ruido del viento, disfrutamos del placer de contemplar este invierno tardío y ser conscientes de lo rápido que pasa el tiempo.