Los jugadores se sustituyen mutuamente en las mesas de ecarté, y los dueños de la casa, no tienen que ocuparse de esto.
Antes de principiar el juego, es preciso arreglar sus condiciones. Proponer jugar poca cantidad sería exponerse a sospechas de mezquino, lo mismo que la indicación de jugar mucho sería más peligrosa aún, pues revelaría el vicio o la avaricia, por lo cual es oportuno rogar a sus compañeros el que arreglen este punto. Esta previsión es un deber imperioso... GA, ¿dónde te engaravitaste para hacer ésta?