En nuestro pueblo, la fiesta de todos los santos, siempre ha sido un día muy especial. No solo por el recuerdo a nuestros difuntos, sino también porque supone el paso definitivo al frío.
Recuerdo días de los santos en el cementerio, con un frío que calaba hasta los huesos. También recuerdo días casi primaverales. Tristes siempre, por el recuerdo, pero a la vez alegres, por el encuentro con familiares y amigos que solamente vemos en este día.
Era el día de estreno del abrigo y los zapatos para todo el invierno. Los de los domingos, porque los viejos nos quedaban para los días de diario. Y eso si tocaba, porque no estrenábamos abrigo todos los años.
Recuerdo días de los santos en el cementerio, con un frío que calaba hasta los huesos. También recuerdo días casi primaverales. Tristes siempre, por el recuerdo, pero a la vez alegres, por el encuentro con familiares y amigos que solamente vemos en este día.
Era el día de estreno del abrigo y los zapatos para todo el invierno. Los de los domingos, porque los viejos nos quedaban para los días de diario. Y eso si tocaba, porque no estrenábamos abrigo todos los años.