La Candelaria
La Candelaria (2 de febrero) fue instituida por el paganismo y recuperada posteriormente por el papa Gelasio, convertida y metamorfoseada en la fiesta de la Purificación de la Virgen.
El papa Inocencio refiere que las mujeres de los romanos, todos los años al comienzo de este mes, celebraban una fiesta a la que daban el nombre "de las luces" con un origen mitológico: Plutón se enamoró de la bella Proserpina a la que raptó, se la Ilevó a los infiernos y la convirtió en diosa. Los padres de Proserpina la buscaron por todo el mundo iluminándose por las noches con teas y linternas.
La fiesta de las luces que las ciudadanas romanas celebraban en su época representaría la búsqueda de Proserpina (al menos esto es lo que asegura Jacobo de Vorágine).
Viendo el papa Sergio lo difícil que resultaba apartar a los primeros cristianos de estas prácticas, decidió dar a la fiesta de las luces un sentido nuevo, cambiando la intencionalidad de la misma. Dispuso que los cortejos luminosos que los romanos organizaban por aquellos días, tan populares en todas las provincias del Imperio, lo hicieran el 2 de febrero de cada año en honor de la Madre de Cristo y en forma de procesiones, llevando cada fiel y creyente en sus manos una candela previamente bendecida.
Esta fiesta estaba igualmente presente en otros pueblos. Era el Imbolc de los celtas en honor de la diosa de igual nombre (conocida también como Brigit) y el Imbolg de los germanos, la fiesta del agua lustral.
Tanto en un caso como en otro, el rito central lo constituía la bendición de las candelas simbolizando la luz del mundo. Eran rituales donde el fuego jugaba un papel de protección y purificación. La Iglesia era consciente de esta identificación, así que creó el 1 de febrero la festividad de Santa Brígida, virgen de biografía poco consistente pero considerada la patrona de los irlandeses.
Un refrán dice que el tiempo que haga por La Candelaria será el mismo que para todo lo que quede de invierno, lo que se interpreta que la llegada de estas fiestas es la señal de que el invierno está a punto de terminar.
Además, la propia candela que lleva la Virgen sirve también para pronosticar el tiempo. Si se apaga antes de volver la imagen a la iglesia, se dice que "La Candelaria llora", lo que significa, en la zona norte y la meseta, la prolongación del frío.
La Candelaria (2 de febrero) fue instituida por el paganismo y recuperada posteriormente por el papa Gelasio, convertida y metamorfoseada en la fiesta de la Purificación de la Virgen.
El papa Inocencio refiere que las mujeres de los romanos, todos los años al comienzo de este mes, celebraban una fiesta a la que daban el nombre "de las luces" con un origen mitológico: Plutón se enamoró de la bella Proserpina a la que raptó, se la Ilevó a los infiernos y la convirtió en diosa. Los padres de Proserpina la buscaron por todo el mundo iluminándose por las noches con teas y linternas.
La fiesta de las luces que las ciudadanas romanas celebraban en su época representaría la búsqueda de Proserpina (al menos esto es lo que asegura Jacobo de Vorágine).
Viendo el papa Sergio lo difícil que resultaba apartar a los primeros cristianos de estas prácticas, decidió dar a la fiesta de las luces un sentido nuevo, cambiando la intencionalidad de la misma. Dispuso que los cortejos luminosos que los romanos organizaban por aquellos días, tan populares en todas las provincias del Imperio, lo hicieran el 2 de febrero de cada año en honor de la Madre de Cristo y en forma de procesiones, llevando cada fiel y creyente en sus manos una candela previamente bendecida.
Esta fiesta estaba igualmente presente en otros pueblos. Era el Imbolc de los celtas en honor de la diosa de igual nombre (conocida también como Brigit) y el Imbolg de los germanos, la fiesta del agua lustral.
Tanto en un caso como en otro, el rito central lo constituía la bendición de las candelas simbolizando la luz del mundo. Eran rituales donde el fuego jugaba un papel de protección y purificación. La Iglesia era consciente de esta identificación, así que creó el 1 de febrero la festividad de Santa Brígida, virgen de biografía poco consistente pero considerada la patrona de los irlandeses.
Un refrán dice que el tiempo que haga por La Candelaria será el mismo que para todo lo que quede de invierno, lo que se interpreta que la llegada de estas fiestas es la señal de que el invierno está a punto de terminar.
Además, la propia candela que lleva la Virgen sirve también para pronosticar el tiempo. Si se apaga antes de volver la imagen a la iglesia, se dice que "La Candelaria llora", lo que significa, en la zona norte y la meseta, la prolongación del frío.