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MALVA: Ahhhhhhhhhhh, es una canción! pues a mí también me...

“Mi madre y yo lo plantamos
en el límite del patio,
donde termina la casa.
Fue mi padre quien lo trajo.
Yo tenía cinco años
y él, apenas, una rama.
Al llegar la primavera,
abonamos bien la tierra
y lo cubrimos de agua.
Con trocitos de madera,
hicimos una barrera
para que no se dañara.
Mi árbol brotó,
mi infancia pasó.
Hoy, bajo su sombra que tanto creció,
tenemos recuerdos mi árbol y yo.
Con el correr de los años,
con los pantalones largos,
me llegó la adolescencia.
Fue, a la sombra de mi árbol,
una siesta de verano,
donde perdí la inocencia.
Luego fue tiempo de estudio,
con regresos a menudo,
pero con plena conciencia
que iniciaba un largo viaje,
sólo de ida, el pasaje,
y así me ganó la ausencia.
Mi árbol quedó
y el tiempo pasó.
Hoy, bajo su sombra que tanto creció,
tenemos recuerdos mi árbol y yo.
Muchos años han pasado
y, por fin, he regresado
a mi terruño querido
y en el límite del patio,
allí me estaba esperando
como se espera a un amigo.
Parecía sonreírme
como queriendo decirme:
¡Mira... estoy lleno de nidos!
Ese árbol que plantamos
hace cuarenta y tanto años
siendo yo, apenas, un niño.
Aquel que brotó
y el tiempo pasó,
mitad de mi vida con el se quedó.
Hoy, bajo su sombra que tanto creció,
tenemos recuerdos mi árbol y yo.”

Heli, no habrás escrito tú este poema?

Claro que no, Montse. Escuché esta canción de Alberto Cortez volviendo de Malva el domingo pasado y me sonó mucho.

Ahhhhhhhhhhh, es una canción! pues a mí también me ha encantado en poesía.