ROMANCE I
Al despedimiento de Cristo y la Virgen
Los dos más dulces esposos
los dos más tiernos amantes
los mejores madre e hijo
porque son Cristo y su madre
Tiernamente se despiden;
tanto, que en solo mirarse
parece que entre los dos
se está repartiendo el cáliz.
Hijo, le dice la Virgen
¡ay si pudiera excusarte
esta llorosa partida
que la entrañas me parte!
A morir vas, hijo mío
por el hombre que criasteis,
que ofensas hechas Dios
solo Dios las satisface.
Al despedimiento de Cristo y la Virgen
Los dos más dulces esposos
los dos más tiernos amantes
los mejores madre e hijo
porque son Cristo y su madre
Tiernamente se despiden;
tanto, que en solo mirarse
parece que entre los dos
se está repartiendo el cáliz.
Hijo, le dice la Virgen
¡ay si pudiera excusarte
esta llorosa partida
que la entrañas me parte!
A morir vas, hijo mío
por el hombre que criasteis,
que ofensas hechas Dios
solo Dios las satisface.