Pero os dejo más sobre Isidro
"Humildísima confesión"
En los últimos años de su vida, cuando Isidro está aquejado por grave enfermedad -tiene unos noventa años-, María vuelve de la ermita para cuidarle. Próximo a expirar, "hizo humildísima confesión de sus faltas, recibió el Viático y exhortó a los suyos al amor a Dios y al prójimo ' (Gregorio XV)
Su cuerpo lo entierran en el cementerio de S. Andrés. Se conservó allí incorrupto cuarenta años a pesar de las inclemencias del tiempo. Un amigo suyo lo trasladó a la Parroquia de S. Andrés. En 1563, delegados de la Santa Sede abren el sepulcro, y encuentran el cuerpo intacto.
Felipe III se libra de una enfermedad por su intercesión, y solicita su beatificación. Paulo V la decreta en 24 de junio de 1619. Tres años más tarde Gregorio XV lo canoniza en 13 de mayo de 1622, a una con Felipe Neri y tres españoles más.
Arado, esteva y aguijada de Isidro son inmortales como la tizona del Cid, el báculo de S. Isidoro y la corona de S. Fernando. La pluma de Sta. Teresa, el genio organizador de Ignacio, el ardor misionero de Javier, subieron el mismo día a los altares.
El arte de Goya nos legó un delicioso grabado del santo "S. Isidro de rodillas". Se conserva en la Biblioteca Nacional, y el gremio de plateros de Madrid costeó la rica urna de plata que guarda sus restos en la catedral vieja de Madrid.
"Humildísima confesión"
En los últimos años de su vida, cuando Isidro está aquejado por grave enfermedad -tiene unos noventa años-, María vuelve de la ermita para cuidarle. Próximo a expirar, "hizo humildísima confesión de sus faltas, recibió el Viático y exhortó a los suyos al amor a Dios y al prójimo ' (Gregorio XV)
Su cuerpo lo entierran en el cementerio de S. Andrés. Se conservó allí incorrupto cuarenta años a pesar de las inclemencias del tiempo. Un amigo suyo lo trasladó a la Parroquia de S. Andrés. En 1563, delegados de la Santa Sede abren el sepulcro, y encuentran el cuerpo intacto.
Felipe III se libra de una enfermedad por su intercesión, y solicita su beatificación. Paulo V la decreta en 24 de junio de 1619. Tres años más tarde Gregorio XV lo canoniza en 13 de mayo de 1622, a una con Felipe Neri y tres españoles más.
Arado, esteva y aguijada de Isidro son inmortales como la tizona del Cid, el báculo de S. Isidoro y la corona de S. Fernando. La pluma de Sta. Teresa, el genio organizador de Ignacio, el ardor misionero de Javier, subieron el mismo día a los altares.
El arte de Goya nos legó un delicioso grabado del santo "S. Isidro de rodillas". Se conserva en la Biblioteca Nacional, y el gremio de plateros de Madrid costeó la rica urna de plata que guarda sus restos en la catedral vieja de Madrid.