De Madrid al cielo
A la intercesión de la santa se le atribuyen no pocos milagros, de los que J. Bleda afirma ser auténticos y probados en las informaciones Apostólicas. Su cabeza, venerada en un relicario, junto con su cuerpo fueron trasladados, de la ermita visigótica que habían poseído los templarios, al convento franciscano de Torrelaguna y depositados en la sacristía en arca de marfil. Allí estuvieron hasta su traslado a Madrid en 1645. Del oratorio de las Casas Consistoriales pasan, en 1769, al retablo de la Colegiata de san Isidro donde actualmente se veneran junto a su esposo.
El Papa Inocencio XII, confirmando y aprobando el culto inmemorial dado a la sierva de Dios, por la Bula Apostolicae servitutis officium del 11 de agosto de 1697, inscribe su nombre en el santoral. El 15 de abril de 1752, por decreto de Benedicto XIV, se concede en su honor Oficio y Misa de Santa María de la Cabeza. En la Bula de canonización del patrón de Madrid, Rationi congruit, el Papa tras reseñar el milagro de la olla repleta de carne concluye así la referencia a la esposa:
La mencionada consorte del bienaventurado Isidro, llamada María de la Cabeza, está considerada por los españoles, en atención a sus santas costumbres, como digna de veneración y, en todo, semejante a su marido. Por esta razón, su antiquísimo culto mereció ser aprobado.
A la intercesión de la santa se le atribuyen no pocos milagros, de los que J. Bleda afirma ser auténticos y probados en las informaciones Apostólicas. Su cabeza, venerada en un relicario, junto con su cuerpo fueron trasladados, de la ermita visigótica que habían poseído los templarios, al convento franciscano de Torrelaguna y depositados en la sacristía en arca de marfil. Allí estuvieron hasta su traslado a Madrid en 1645. Del oratorio de las Casas Consistoriales pasan, en 1769, al retablo de la Colegiata de san Isidro donde actualmente se veneran junto a su esposo.
El Papa Inocencio XII, confirmando y aprobando el culto inmemorial dado a la sierva de Dios, por la Bula Apostolicae servitutis officium del 11 de agosto de 1697, inscribe su nombre en el santoral. El 15 de abril de 1752, por decreto de Benedicto XIV, se concede en su honor Oficio y Misa de Santa María de la Cabeza. En la Bula de canonización del patrón de Madrid, Rationi congruit, el Papa tras reseñar el milagro de la olla repleta de carne concluye así la referencia a la esposa:
La mencionada consorte del bienaventurado Isidro, llamada María de la Cabeza, está considerada por los españoles, en atención a sus santas costumbres, como digna de veneración y, en todo, semejante a su marido. Por esta razón, su antiquísimo culto mereció ser aprobado.