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Como no dejan de dar la matraca con el tema (la verdad es que es mejor que hablen de estas bobadas y no de las habituales desgracias) habrá que seguir la corriente y avivar la polémica (encismar una miaja, quedaría mejor).
Han quedado, por fin, tranquilos todos los toros de España. Ya no tendrán que matricularse en ningún curso de catalán como les hubieran exigido de no prohibirse sus corridas en aquel territorio. Tampoco el público tendrá que forzar el morro para gritar ¡ulet! en lugar del muy español ¡olé! para hacer notar al torero la catalanidad de la corrida.
Los que no creo que hayan quedado muy contentos, por la notoria torpeza de sus políticos, son la mayoría de los catalanes. Si no hubieran prohibido las corridas, podrían haber incluido en la reforma del estatú, las siguientes enmiendas:
- No se correrá, ni lidiará, ni estoqueará ningún toro que no entienda el catalán ni sepa pronunciar correctamente “escalibada”.
- Las buenas faenas serán premiadas con una rebanada de “pantumaca” y las superiores con “butifarra”. Si algún torero tiene una mala tarde cargará con el correspondiente “caganer”.
- Queda prohibido sacar a hombros a ningún torero triunfador. Se le obligará a trepar a un “casteller” y si tiene vértigo mejor, así no vuelve.
- Las orejas y rabos que se corten serán guisados y degustados en la clandestinidad en algún bar del puerto olímpico en compensación por los gastos de su construcción. No podrán figurar en el menú del día salvo que se sirvan con guarnición de “cargols”.
- Si algún espectador se quitara de un manotazo alguna mosca de la cara, todo el tendido 7 se desnudará a la salida de la plaza para protestar por el maltrato. Los manifestantes podrán celebrar con cava catalán cualquier picadura de avispa que pudieran sufrir durante dicho acto.
Espero que los que salgamos ganando, por lo menos hasta que nos vuelvan a quitar algo (ya sean papeles, dinero, o cualquier cosa de valor) seamos el resto de los españoles. Aunque nada más sea por no escuchar tanta sandez como proviene de aquella tierra y de sus gentes.
Lo dicho: empezando por mí, QUEDAN PROHIBIDOS LOS CATALANES.
Han quedado, por fin, tranquilos todos los toros de España. Ya no tendrán que matricularse en ningún curso de catalán como les hubieran exigido de no prohibirse sus corridas en aquel territorio. Tampoco el público tendrá que forzar el morro para gritar ¡ulet! en lugar del muy español ¡olé! para hacer notar al torero la catalanidad de la corrida.
Los que no creo que hayan quedado muy contentos, por la notoria torpeza de sus políticos, son la mayoría de los catalanes. Si no hubieran prohibido las corridas, podrían haber incluido en la reforma del estatú, las siguientes enmiendas:
- No se correrá, ni lidiará, ni estoqueará ningún toro que no entienda el catalán ni sepa pronunciar correctamente “escalibada”.
- Las buenas faenas serán premiadas con una rebanada de “pantumaca” y las superiores con “butifarra”. Si algún torero tiene una mala tarde cargará con el correspondiente “caganer”.
- Queda prohibido sacar a hombros a ningún torero triunfador. Se le obligará a trepar a un “casteller” y si tiene vértigo mejor, así no vuelve.
- Las orejas y rabos que se corten serán guisados y degustados en la clandestinidad en algún bar del puerto olímpico en compensación por los gastos de su construcción. No podrán figurar en el menú del día salvo que se sirvan con guarnición de “cargols”.
- Si algún espectador se quitara de un manotazo alguna mosca de la cara, todo el tendido 7 se desnudará a la salida de la plaza para protestar por el maltrato. Los manifestantes podrán celebrar con cava catalán cualquier picadura de avispa que pudieran sufrir durante dicho acto.
Espero que los que salgamos ganando, por lo menos hasta que nos vuelvan a quitar algo (ya sean papeles, dinero, o cualquier cosa de valor) seamos el resto de los españoles. Aunque nada más sea por no escuchar tanta sandez como proviene de aquella tierra y de sus gentes.
Lo dicho: empezando por mí, QUEDAN PROHIBIDOS LOS CATALANES.
Magistral, Heli. Cuanta razón tienes y lo que me he reido, y eso que con estos calores no puede una ni reirse pa no deshidratarse.