En Malva madrugar es mu rico. El fin de semana pasado lo disfruté mucho. Eso de desayunar en la cocina con el solico que entra por la ventana, el tazón humeando, las tostadas con aceite y miel, que gozada. Después el Bebo que pita, echas una parrafada con Juliana, tia Tere y María la de Guadalupe. De verdad, que maravilla. Como dice Heli, es que me emociono.