MALVA: Efectivamente. Y seguimos con la costumbre, todos los...

Otro ejemplo del repelente niño Angelito se dió cuando una vez me pilló la vendimia en Malva.
Yo estaba encantado en ir a vendimiar. Sobre todo porque como tenía seis años no tenía que agachar el lomo y mi única obligación era comer muchas uvas, recoger lo que jmg y las otras primas se olvidaban y recibir las enhorabuenas de mis tíos que decían: Gandules, que sois unos gandules. Mirad Angelito, el más pequeño y el primero que se levanta.
Eso sí, después mis primos y primas se vengaban haciendome un lagarejo ¿Se llama así a eso de restregar un racimo en la cara?

Efectivamente. Y seguimos con la costumbre, todos los años se lo hacemos a los novatos.