La goma era la que llamaban entonces “de jareta”, esa que utilizaban para poner a la cintura de las faldas y también la que usaban cuando había que sustituir la goma de las bragas de algodón que vendía Faustino, el de Bustillo. No voy a entretenerme en contar cómo se hacían tales prendas femeninas en aquellos tiempos, pero a la goma la uníamos por las puntas, bien cosidas, para que al estirar en el juego no se rompiera. Y ya estaba lista para jugar.