Como estamos en plena epoca y, supongo, que en Malva alguno lo continuara haciendo, ahi va esa cronica de una matanza (Mondongo), que ocurrio hace cuarenta años por ahora. El autor... por mi muy conocido, por alguno de vosotros, al parecer, muy sufrido. Abrazos
MONDONGO
Vino el frío con Noviembre,
Ese de Todos los Santos,
Que recordar nos hace tanto
A Julio, Agosto y Septiembre.
Con este frío, ¡Pardiez!,
Esta claro y no me opongo
Lo bien que viene el mondongo,
Uno, cuatro y hasta diez.
Pues la despensa llenar
Con tocinos, cascarones,
Espinazos, chorizos y jamones,
Y tripas de cagalar,
Es cosa buena y me río,
Con todo eso en la mano
Que nos brinda un buen marrano,
Del invierno y de su frío.
Morillo se echo su cuenta
Y sin dudarlo un momento,
Dice entre serio y contento,
A matar el día treinta.
Te ayudara, dice Aurelia,
Tu buen primo Gumersindo,
Muchachote fuerte y lindo,
Cuñado de Goyo y Celia.
Para matar soy muy malo,
Habla Gumer sonriente,
Si queréis uno decente
Llama mejor a Gonzalo.
Ese no falla ninguna,
Aunque de veces recuerdo,
Que pincha a las ocho el cerdo
Y no muere hasta la una.
Ya veras con que soltura
Se dispone al sacrificio,
Parece que ese es su oficio,
¡Ya veras que tajadura ¡
Y luego en el chamuscar….
Ahí si que no te falla
Pues ni tuesta ni te ralla,
Mucho agua y ¡a lavar!
Queda el cerdo tan lampiño,
Tan limpio, tan reluciente
Que nos parece a la gente
El tierno culo de un niño.
En el deshacer…
Yo no he visto más destreza
Ni mayor delicadeza
En tan difícil quehacer.
Desde el hocico hasta el rabo
Lo abre en un santiamén,
Alguna tripa también
Mas que es una al fin y al cabo.
Por lo tanto como hermano,
Y este consejo no es tonto,
Avisa a Gonzalo pronto
Para matar al marrano.
Que me place,
Contesta Morillo al punto,
Me ha interesado el asunto,
Veremos como lo hace.
Mas no hubo suerte en el gozo,
El mayor entre los mil
Gonzalo esta de albañil
Y nuestro gozo en un pozo.
No hay por que llorar,
Ruge Gumer retador,
Yo no soy un matador
Mas mato si hay que matar.
Y yo, que hubiera sido el primero
En sentir miedo cerval,
Más que por el animal
Por el gallardo torero,
En esta caso especial
Sentí pánico certero,
No creáis por el torero
Sino por el pobre animal.
La cosa así presentida
Salio como me temiera.
No hubo estocada certera
Sino trasera y tendida.
Quedose, con tal pinchazo,
Pensando el pobre cochino,
¿Quién ha sido el asesino?
¡Matadlo de un estacazo!.
De nuevo se sube el cerdo al tajo
Entre gritos y sudores,
Nuevo pinchazo señores.
¡mi madre!. ¡Que bajonazo!
En medio de tal sarracina,
Rezongando Belisario,
Llega airoso al escenario
Augurio con gabardina.
Con mas genio que figura
Empuña furioso el acero
Se acerca y lo hunde certero
Con hoja u empuñadura.
Brota la sangre morena,
Belisario esta que trina,
De Augurio la gabardina
Ha quedado hecha una pena.
Mas ello no desanima
Al matador en escena,
Ante faena tan buena,
Que importa la gabardina.
Al animal, así herido,
La sangre se le desboca,
Sangra por pecho y por boca
Y muere sin un quejido.
Así acaba la faena
Con comida de remate
Con postre y sin chocolate
Y con la barriga llena.
Gumer, por si vienen nieves,
(en el cielo no hay bonanza),
Temiendo por su matanza
Decide hacerlo el jueves.
Y los unos y los otros,
Allí, a las nueve estamos
Y todos nos alegramos,
¡Gonzalo esta con nosotros!
Y dispuesto a demostrar,
A Malva y a España entera,
No haber uno solo siquiera
Como el para matar.
Con gesto viril y altanero
Y con varonil desplante
Grita, muy serio el semblante,
¡a ver!. ¡Echadme el primero!
Mas hubo error en la mañana
De aire muy frío y artera,
No es primero que es primera,
En vez de cerdo,… marrana.
¡Dejadla! Que esta ya es mía,
Grita Gonzalo formal
Cuando hiere al animal
Que ni sangra ni la pía.
Así, como medio “lelos”,
Mudos de asombro quedamos
Y todos nos preguntamos
¿Este matar no es camelo?
Mas Gonzalo, muy astuto,
Nos dice a Gumer y a mí,
Lo dije en cuanto la ví
Tú no duras ni un minuto.
Y no creáis que mintió
Nuestra duda al aclarar,
Pues, al cuchillo clavar,
La marrana se murió.
Eso es tener pulso y tino,
Es hacerlo no al revés,
Es no ser “El Cordobés”
Eso es ser Paco Camino.
Podéis echarme el segundo,
Dice con gesto del Cid,
Que tampoco habrá desliz
Callándose todo el mundo.
Espera el grupo ansioso
Gozar de una nueva hazaña,
Ver su arte, ver su maña
De este otro nuevo coloso.
Sale el segundo marrajo
Con ciento y pico en las patas
Que nos da más que la lata
Para subirlo hasta el tajo.
Hasta el morro se desliza
Gonzalo arma en la mano
Y al fenomenal marrano
Un cuchillazo le atiza.
Bajo la terrible herida
El barreño esta dispuesto
A recibir más que presto
La roja sangre vertida.
Mas parece que tampoco
La sangre quiere asomar,
¡Silencio todos!. ¡Callad!
Que ya sale poco a poco.
Sale un hilillo tan fino
Desde la herida sombría
Que pasara más de un día
Para que muera el cochino.
Con potencia y claridad,
Gumer, que agarra la pata,
Dice por darle la lata
Con este … ¡Hasta Navidad!.
Y la sangre lentamente
Va despacio goteando,
Gonzalo sigue clavando
Y Gumer tan sonriente.
Ya os lo dije en otra hora,
Aunque falle en el sangrar
En lo tocante a matar
Nadie, por hoy, lo mejora.
Por fin el bicho cansado
De berrear y sufrir
Ha optado por morir
Y quieto ya se ha quedado.
La voz de Gonzalo brota
Silencioso hasta este instante,
Con timbre altivo y vibrante
¡No le ha quedado ni gota!
Vamos pronto a chamuscarlo,
Encended pronto el encaño,
Este ya no sufre daño
Quemadlo bien y lavadlo.
Mas de pronto un alarido
De Gumer la hija mayor
Lo ha lanzado con pavor
¡Padre! … ¡Este cerdo aun esta vivo
Todavía el animal
Entre espasmos se retuerce
Mas por mucho que se esfuerce
No sanara de su mal.
Con hígado de pitanza
Con patata y con guindilla,
Al brasero en buena silla,
SE DA FIN A LA MATANZA.
MONDONGO
Vino el frío con Noviembre,
Ese de Todos los Santos,
Que recordar nos hace tanto
A Julio, Agosto y Septiembre.
Con este frío, ¡Pardiez!,
Esta claro y no me opongo
Lo bien que viene el mondongo,
Uno, cuatro y hasta diez.
Pues la despensa llenar
Con tocinos, cascarones,
Espinazos, chorizos y jamones,
Y tripas de cagalar,
Es cosa buena y me río,
Con todo eso en la mano
Que nos brinda un buen marrano,
Del invierno y de su frío.
Morillo se echo su cuenta
Y sin dudarlo un momento,
Dice entre serio y contento,
A matar el día treinta.
Te ayudara, dice Aurelia,
Tu buen primo Gumersindo,
Muchachote fuerte y lindo,
Cuñado de Goyo y Celia.
Para matar soy muy malo,
Habla Gumer sonriente,
Si queréis uno decente
Llama mejor a Gonzalo.
Ese no falla ninguna,
Aunque de veces recuerdo,
Que pincha a las ocho el cerdo
Y no muere hasta la una.
Ya veras con que soltura
Se dispone al sacrificio,
Parece que ese es su oficio,
¡Ya veras que tajadura ¡
Y luego en el chamuscar….
Ahí si que no te falla
Pues ni tuesta ni te ralla,
Mucho agua y ¡a lavar!
Queda el cerdo tan lampiño,
Tan limpio, tan reluciente
Que nos parece a la gente
El tierno culo de un niño.
En el deshacer…
Yo no he visto más destreza
Ni mayor delicadeza
En tan difícil quehacer.
Desde el hocico hasta el rabo
Lo abre en un santiamén,
Alguna tripa también
Mas que es una al fin y al cabo.
Por lo tanto como hermano,
Y este consejo no es tonto,
Avisa a Gonzalo pronto
Para matar al marrano.
Que me place,
Contesta Morillo al punto,
Me ha interesado el asunto,
Veremos como lo hace.
Mas no hubo suerte en el gozo,
El mayor entre los mil
Gonzalo esta de albañil
Y nuestro gozo en un pozo.
No hay por que llorar,
Ruge Gumer retador,
Yo no soy un matador
Mas mato si hay que matar.
Y yo, que hubiera sido el primero
En sentir miedo cerval,
Más que por el animal
Por el gallardo torero,
En esta caso especial
Sentí pánico certero,
No creáis por el torero
Sino por el pobre animal.
La cosa así presentida
Salio como me temiera.
No hubo estocada certera
Sino trasera y tendida.
Quedose, con tal pinchazo,
Pensando el pobre cochino,
¿Quién ha sido el asesino?
¡Matadlo de un estacazo!.
De nuevo se sube el cerdo al tajo
Entre gritos y sudores,
Nuevo pinchazo señores.
¡mi madre!. ¡Que bajonazo!
En medio de tal sarracina,
Rezongando Belisario,
Llega airoso al escenario
Augurio con gabardina.
Con mas genio que figura
Empuña furioso el acero
Se acerca y lo hunde certero
Con hoja u empuñadura.
Brota la sangre morena,
Belisario esta que trina,
De Augurio la gabardina
Ha quedado hecha una pena.
Mas ello no desanima
Al matador en escena,
Ante faena tan buena,
Que importa la gabardina.
Al animal, así herido,
La sangre se le desboca,
Sangra por pecho y por boca
Y muere sin un quejido.
Así acaba la faena
Con comida de remate
Con postre y sin chocolate
Y con la barriga llena.
Gumer, por si vienen nieves,
(en el cielo no hay bonanza),
Temiendo por su matanza
Decide hacerlo el jueves.
Y los unos y los otros,
Allí, a las nueve estamos
Y todos nos alegramos,
¡Gonzalo esta con nosotros!
Y dispuesto a demostrar,
A Malva y a España entera,
No haber uno solo siquiera
Como el para matar.
Con gesto viril y altanero
Y con varonil desplante
Grita, muy serio el semblante,
¡a ver!. ¡Echadme el primero!
Mas hubo error en la mañana
De aire muy frío y artera,
No es primero que es primera,
En vez de cerdo,… marrana.
¡Dejadla! Que esta ya es mía,
Grita Gonzalo formal
Cuando hiere al animal
Que ni sangra ni la pía.
Así, como medio “lelos”,
Mudos de asombro quedamos
Y todos nos preguntamos
¿Este matar no es camelo?
Mas Gonzalo, muy astuto,
Nos dice a Gumer y a mí,
Lo dije en cuanto la ví
Tú no duras ni un minuto.
Y no creáis que mintió
Nuestra duda al aclarar,
Pues, al cuchillo clavar,
La marrana se murió.
Eso es tener pulso y tino,
Es hacerlo no al revés,
Es no ser “El Cordobés”
Eso es ser Paco Camino.
Podéis echarme el segundo,
Dice con gesto del Cid,
Que tampoco habrá desliz
Callándose todo el mundo.
Espera el grupo ansioso
Gozar de una nueva hazaña,
Ver su arte, ver su maña
De este otro nuevo coloso.
Sale el segundo marrajo
Con ciento y pico en las patas
Que nos da más que la lata
Para subirlo hasta el tajo.
Hasta el morro se desliza
Gonzalo arma en la mano
Y al fenomenal marrano
Un cuchillazo le atiza.
Bajo la terrible herida
El barreño esta dispuesto
A recibir más que presto
La roja sangre vertida.
Mas parece que tampoco
La sangre quiere asomar,
¡Silencio todos!. ¡Callad!
Que ya sale poco a poco.
Sale un hilillo tan fino
Desde la herida sombría
Que pasara más de un día
Para que muera el cochino.
Con potencia y claridad,
Gumer, que agarra la pata,
Dice por darle la lata
Con este … ¡Hasta Navidad!.
Y la sangre lentamente
Va despacio goteando,
Gonzalo sigue clavando
Y Gumer tan sonriente.
Ya os lo dije en otra hora,
Aunque falle en el sangrar
En lo tocante a matar
Nadie, por hoy, lo mejora.
Por fin el bicho cansado
De berrear y sufrir
Ha optado por morir
Y quieto ya se ha quedado.
La voz de Gonzalo brota
Silencioso hasta este instante,
Con timbre altivo y vibrante
¡No le ha quedado ni gota!
Vamos pronto a chamuscarlo,
Encended pronto el encaño,
Este ya no sufre daño
Quemadlo bien y lavadlo.
Mas de pronto un alarido
De Gumer la hija mayor
Lo ha lanzado con pavor
¡Padre! … ¡Este cerdo aun esta vivo
Todavía el animal
Entre espasmos se retuerce
Mas por mucho que se esfuerce
No sanara de su mal.
Con hígado de pitanza
Con patata y con guindilla,
Al brasero en buena silla,
SE DA FIN A LA MATANZA.
