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MALVA: Además Heli, yo creía que lo de "caca, culo...."era...

Como en las nuevas series de TV, se me ocurre otro final. Escoger el que queráis.

Al hilo de las cagadas, y con perdón de la mesa, me viene a la memoria lo mal que sentaba pisar las de las gallinas cuando andaban sueltas por el corral. En los corrales con cenicero, antes de poner los W. C., nos poníamos en cuclillas a hacer las necesidades, momento que aprovechaban las gallinas más espabiladas para picotear, sin dejarlo aposentar, el producto evacuado.
También era memorable la mala leche que te entraba cuando, en medio de una partida de mus, había que buscar urgentemente el resguardo de la parte de atrás de una caseta para poderte aliviar. Con los pantalones a medio bajar, ponías el pie en algo mullido que olía que corrompía, en justa correspondencia con la alborotada dieta de su anterior depositario. Resulta que te acordabas de toda su familia cuando tú ibas a perpetrar el mismo delito. Tras las pertinentes ralladuras contra la pared y frotaduras contra las hierba de la era, alcanzabas la gloria con el primer esfuerzo y, con los ojos en blanco, no percibías que la criatura recién nacida perdía, inconscientemente, la verticalidad recostándose contra el tacón del otro zapato que todavía te quedaba limpio. De nuevo a eliminar, entre improperios, las pruebas del delito.
De vuelta al bar, a terminar la partida de mus que habías dejado a medias, y con las prisas por cortar la mano, algún perro se sumaba al homenaje y te pegaba, sin querer, en suela del zapato un nuevo presente para que no quedaran dudas de lo que habías estado haciendo.
Claro, si no entrabas a ningún envite, te decían que huele a cagao. Y tú callao.

Buenas tardes. Un relato pelín escatológico, realista a más no poder y no por ello falto de humor.

Pues no sé dónde verás tú el pelín. Yo, más bien, veo una escarpia de lo escatológico que es (y pido disculpas por ello).
Pero es que eso era antes cuando las gallinas andaban sueltas por el corral, la gente no paseaba perros con una bolsa en la mano y ni siquiera se había metido el agua corriente en las casas, cuanto más tener un servicio.
Precisamente para evitar la escatología (y un poco también la mierda) se enjaularon las gallinas y se hicieron obras en las casas. Lo malo era si la obra te la hacía Gonzalo el Tabarés, con Demetrio y el Rojo Calelo en la cuadrilla, porque al hombre se le iba mucho el aire cuando se tenía que agachar a por un adobe y lo que tratabas de arreglar por un lado, lo esbaratabas por el otro.

Además Heli, yo creía que lo de "caca, culo...."era tema favorito de los niños, pero veo que a los adultos támbien les fascina. Mira sino los éxitos de Torrente.
Hasta luego!