MALVA: Cambia tus costumbres...

Cambia tus costumbres

Ya hemos dicho que no sólo importa cuánto comas y qué, sino cómo. Por ellos, es importante distribuir bien tus comidas. Esto equilibrará tu peso corporal, reducirá tu grasa abdominal y ayudará a tener energía y controlar los ataques de hambre.

- Empieza bien. El desayuno es una de las comidas más importantes del día y la que va a poner tu metabolismo en marcha. Un buen desayuno puede incluir: fruta del tiempo, mejor madura; cereales (pan, muesli, avena…); lácteos (de soja, yogur, kéfir o requesón); frutos secos y oleaginosos (nueces, almendras, pasas, avellanas…); té, cacao, café. Recuerda. Desayunar no engorda, aporta energía que se quema durante el día y te permite no atiborrarte e las siguientes comidas.
- Cinco comidas. Tres ingestas se quedan cortas para conseguir que tu organismo reciba todos los nutrientes que necesita y para conseguir que tus niveles de glucosa estén estables. Cuando esto no es así te falta energía, tienes más ganas de dulces, tu metabolismo va más lento y comes más en cada comida. Esta es la regla básica para controlar el peso: comer más veces pero menos cantidades.
- Cena poco y pronto. Tu reloj interno suele tener hambre entre las 7 de la tarde y las 9 de la noche. Cenar temprano te asegura que tu cuerpo asimilará bien la energía y no la cumulará en forma de grasa. Fruta, cereales integrales, una tortilla francesa, una ensalada… son opciones sanas y ligeras.
- Bebe bien. Durante la comida procura no beber demasiado, ni tampoco antes para quitarte el hambre, dificulta la digestión. Lo ideal es hidratarse bien entre horas, por supuesto, con agua, infusiones o jugos naturales.