Allí encontramos a Santi, el de Sari, que nos pilló con la boca llena.
Pues yo estaba a 150 metros de vosotros. Si Hubierais o hubieseis dado un toque.
Perdona, pero no quisimos liarnos. Lo barajamos en un voleo y a las tres estábamos tomando café de
camino al
coche. Por eso entramos en el Benito, pensado que seguía siendo
cafetería como antaño y nos encontramos con ostras y finos encima de la barra.