Un año carecieron de asno y les dejó un ejemplar Cástor Novoa. «Era mucho más grande que la burra que habitualmente llevábamos y al entrar a cenar al restaurante España desvencijó la puerta», recuerdan miembros de la agrupación que han llegado a bailar en el centro de la pista de una discoteca con el animal e incluso en una ocasión un conductor de un autobús bromeó con ellos y «casi nos subimos con la burra», menciona entre risas Ángel Centeno que aclara: «Nunca cruzamos la frontera de la broma». Por este colectivo se interesó el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, que les remitió una carta. A él pertenece el chileno Adelio Pipino, que viaja a Zamora en Navidad y San Antón, tras conocer una Semana Santa la existencia de la «cofradía del cencerro», que tiene hasta un integrante que reside en Canadá.