15.- A LAS CINCO EN PUNTO DE LA TARDE
Perdón por entrar sin llamar, pero hoy no hacía falta que la puerta estuviera abierta, eran las cinco en punto de la tarde, lo poco que recuerdo de lo que ocurrió aquel día a las cinco en punto de la tarde, se celebró en plena plazuela a las cinco en punto de la tarde y había tanto gentío que no se podía escuchar la música de fondo, pero pongamos que se podría oír el Sugar Baby Love de The Rubbetes, por ejemplo. Se supone que sería por los carnavales de alguno de los años de allá de los 60 y no se si he dicho que todo ocurrió a las cinco en punto de la tarde.
El caso es que la plazuela estaba llena, a rebosar de gente, se celebraba una corrida de toros a las ….. Pero no una corrida cualquiera, dos personas hacían de toro, metidas en una piel de vaca, con una cabeza de toro y una cornamenta impresionante, otros (por que no me acuerdo quien eran) disfrazados de la cuadrilla y el matador al quite. La lidia se celebró al uso, paseíllo, salida del toril, primeros trances con la muleta, banderillas, recuerdo como las tenía que agarrar con la mano uno de los que iba dentro de la piel al recibirlas. Lo que no me acuerdo es si salió el picador, supongo que sí. Posteriormente se dieron los pertinentes pases con la capa, al natural, de pecho, de rodillas, verónicas incluidas, por último se hizo el simulacro de entrar a matar cuando los cuartos delanteros se pusieron a la par, fue una estocada de esas de hasta la bola cayendo el toro patas arriba en la mitad de la plazuela.
Se puso de pie toda la plazuela en pleno, a lo mejor es que ya estaba, Aplausos, pañuelos a “tu ti plen del respetable”. Vuelta al ruedo. Dos orejas y el rabo.
Y por la tarde noche hubo un baile en el salón de Angélico como un templario del 15 como diría Heli.
A lo mejor todo fue un sueño a las cinco en punto de la tarde.
¡O no?
Salud
Perdón por entrar sin llamar, pero hoy no hacía falta que la puerta estuviera abierta, eran las cinco en punto de la tarde, lo poco que recuerdo de lo que ocurrió aquel día a las cinco en punto de la tarde, se celebró en plena plazuela a las cinco en punto de la tarde y había tanto gentío que no se podía escuchar la música de fondo, pero pongamos que se podría oír el Sugar Baby Love de The Rubbetes, por ejemplo. Se supone que sería por los carnavales de alguno de los años de allá de los 60 y no se si he dicho que todo ocurrió a las cinco en punto de la tarde.
El caso es que la plazuela estaba llena, a rebosar de gente, se celebraba una corrida de toros a las ….. Pero no una corrida cualquiera, dos personas hacían de toro, metidas en una piel de vaca, con una cabeza de toro y una cornamenta impresionante, otros (por que no me acuerdo quien eran) disfrazados de la cuadrilla y el matador al quite. La lidia se celebró al uso, paseíllo, salida del toril, primeros trances con la muleta, banderillas, recuerdo como las tenía que agarrar con la mano uno de los que iba dentro de la piel al recibirlas. Lo que no me acuerdo es si salió el picador, supongo que sí. Posteriormente se dieron los pertinentes pases con la capa, al natural, de pecho, de rodillas, verónicas incluidas, por último se hizo el simulacro de entrar a matar cuando los cuartos delanteros se pusieron a la par, fue una estocada de esas de hasta la bola cayendo el toro patas arriba en la mitad de la plazuela.
Se puso de pie toda la plazuela en pleno, a lo mejor es que ya estaba, Aplausos, pañuelos a “tu ti plen del respetable”. Vuelta al ruedo. Dos orejas y el rabo.
Y por la tarde noche hubo un baile en el salón de Angélico como un templario del 15 como diría Heli.
A lo mejor todo fue un sueño a las cinco en punto de la tarde.
¡O no?
Salud