19.- LA TABERNA DE LA SEÑÁ FERMINA
Perdón por entrar sin llamar, pero la puerta estaba abierta, y vete tú a saber allí que música habría, seguro que el Bad case Of Loving You de Robert Palmer, no se podría escuchar, más que nada por que a lo mejor no había nacido, o si.
Estaba donde años más tarde puso un molino el señor Tomas el panadero, al lado de su casa (El piche, con perdón para los amigos), rezumaba a jarras de vino, a pipas, a “cacahueses”, a taburetes y mesas bastas de maderas ennegrecidas por el tiempo, en una palabra, una taberna de las de antes, unos “pasones”en la puerta de entrada y la barra de madera al fondo. La recuerdo vagamente a la señora Fermina, como a una mujer mayor (vieja hubiéramos dicho en otros tiempos) vestido talar negro, con mandil también negro. De los rasgos de la cara no puedo decir nada, por que no me acuerdo.
Las pipas y los “cacahueses” (en Malva siempre fueron cacahueses y no cacahuetes), las despachaba con un cacho cuerno de toro como medida.
Vendía por una o dos perras gordas para los niños pequeños, unas cucharillas de plástico tipo las de los helados de hoy día, pero recubiertas de una especie de caramelo blanco, cuando terminabas de chupar el caramelo te quedaba la cucharilla como regalo o si de un juguete se tratara, pues en aquellos tiempos los juguetes, en fin que casi no se sabía lo que era un juguete.
Es una pena que los que son un poco mayores que nosotros, no entren en el foro, pues seguro que se acordarían de bastantes más detalles de dicha taberna y en general de más cosas de aquella época.
¡O no!
A lo mejor Viriato se acuerda de alguna cosa más.
Salud.
Perdón por entrar sin llamar, pero la puerta estaba abierta, y vete tú a saber allí que música habría, seguro que el Bad case Of Loving You de Robert Palmer, no se podría escuchar, más que nada por que a lo mejor no había nacido, o si.
Estaba donde años más tarde puso un molino el señor Tomas el panadero, al lado de su casa (El piche, con perdón para los amigos), rezumaba a jarras de vino, a pipas, a “cacahueses”, a taburetes y mesas bastas de maderas ennegrecidas por el tiempo, en una palabra, una taberna de las de antes, unos “pasones”en la puerta de entrada y la barra de madera al fondo. La recuerdo vagamente a la señora Fermina, como a una mujer mayor (vieja hubiéramos dicho en otros tiempos) vestido talar negro, con mandil también negro. De los rasgos de la cara no puedo decir nada, por que no me acuerdo.
Las pipas y los “cacahueses” (en Malva siempre fueron cacahueses y no cacahuetes), las despachaba con un cacho cuerno de toro como medida.
Vendía por una o dos perras gordas para los niños pequeños, unas cucharillas de plástico tipo las de los helados de hoy día, pero recubiertas de una especie de caramelo blanco, cuando terminabas de chupar el caramelo te quedaba la cucharilla como regalo o si de un juguete se tratara, pues en aquellos tiempos los juguetes, en fin que casi no se sabía lo que era un juguete.
Es una pena que los que son un poco mayores que nosotros, no entren en el foro, pues seguro que se acordarían de bastantes más detalles de dicha taberna y en general de más cosas de aquella época.
¡O no!
A lo mejor Viriato se acuerda de alguna cosa más.
Salud.