El rey tenía tres soldados para cuidar los pavos y las gallinas; y la sortija la habían robado los tres soldados.
El rey encerró a Juan en una habitación durante tres días, para que pudiera pensar. Cada día iba un soldado a llevarle de comer. Juan, al primero que llegó le dijo:
-Gracias a Dios que he visto a uno de los tres. Al otro día fue el segundo, y le dijo:
-Gracias a Dios que he visto a dos de los tres. Y al tercer día fue el tercero y Juan le dijo:
-Gracias a Dios que he visto a los tres. El adivinador se refería a que, gracias a Dios, había podido ver los tres días y los soldados pensaban que lo decía por ellos, porque sabía que tenían la sortija. y el último soldado le dice:
-Señor Juan, ya sabemos que usted sabe que tenemos la sortija. Pues vamos a hacer una cosa, aunque usted lo sabe todo vamos a hacer una bolita de salvao y vamos a meter la sortija dentro, y se la vamos a hacer tragar al pavo, así ya sabe usted que la sortija queda en el buche del pavo.
Ya fueron a por Juan Grillo, para preguntarle dónde se encontraba la sortija de la hija del rey. Subiendo las escaleras iba un grillito por la pared, el rey lo cogió y se lo escondió en la mano, y le preguntó a Juan:
-Señor Juan, ¿Qué es esto que tengo escondido en la mano?
Y Juan contesta:
- ¡Ay, señor rey! Grillito, Grillito en que apretón te ves.
- ¡Caramba! Pues un grillo es.
Ya entraron en palacio y se prepararon para hacerle la pregunta:
-Señor Juan, vamos a ver, ¿usted sabe dónde se encuentra la sortija de mi hija?
-La sortija de su hija se encuentra en el buche de su pavo galano.
El rey contestó:
-Es una cosa imposible.
Y Juan dijo:
-Pues tiene usted que matarlo y luego veremos.
El rey encerró a Juan en una habitación durante tres días, para que pudiera pensar. Cada día iba un soldado a llevarle de comer. Juan, al primero que llegó le dijo:
-Gracias a Dios que he visto a uno de los tres. Al otro día fue el segundo, y le dijo:
-Gracias a Dios que he visto a dos de los tres. Y al tercer día fue el tercero y Juan le dijo:
-Gracias a Dios que he visto a los tres. El adivinador se refería a que, gracias a Dios, había podido ver los tres días y los soldados pensaban que lo decía por ellos, porque sabía que tenían la sortija. y el último soldado le dice:
-Señor Juan, ya sabemos que usted sabe que tenemos la sortija. Pues vamos a hacer una cosa, aunque usted lo sabe todo vamos a hacer una bolita de salvao y vamos a meter la sortija dentro, y se la vamos a hacer tragar al pavo, así ya sabe usted que la sortija queda en el buche del pavo.
Ya fueron a por Juan Grillo, para preguntarle dónde se encontraba la sortija de la hija del rey. Subiendo las escaleras iba un grillito por la pared, el rey lo cogió y se lo escondió en la mano, y le preguntó a Juan:
-Señor Juan, ¿Qué es esto que tengo escondido en la mano?
Y Juan contesta:
- ¡Ay, señor rey! Grillito, Grillito en que apretón te ves.
- ¡Caramba! Pues un grillo es.
Ya entraron en palacio y se prepararon para hacerle la pregunta:
-Señor Juan, vamos a ver, ¿usted sabe dónde se encuentra la sortija de mi hija?
-La sortija de su hija se encuentra en el buche de su pavo galano.
El rey contestó:
-Es una cosa imposible.
Y Juan dijo:
-Pues tiene usted que matarlo y luego veremos.