De la Sra Aquilina tengo unos bonitos recuerdos de cuando era una mujer jóven y yo una niña. Parece que la estoy viendo apoyada en el postigo de la puerta, cuando vívían en el barrero, mirando cómo jugábamos las niñas al cacho a a la comba en el cumbre del Sñr Eudosio, justamente enfrente. Y recuerdo a Moma y a Josefa, todavía unas adolescentes salir y entrar, cuando aquel barrio estaba superpoblado todavía.