Pero tanta hambre tenias Marisol. Devuelve a ese muchacho antes de que te empiece la digestión. Si no puedes, consulta en la Biblia como devolvió la ballena a Jonás. A las dos o tres arcadas seguro que se le empieza a ver la calva. Despues es coser y cantar. Pero no te entretengas que los jugos gástricos se la pueden liar al pobre muchacho y como palme nos toca pagar la parte suya de la peña y con esto de la crisis no está uno pa gastos extra. Bueno haz lo que puedas Marisol.
¡Calla! ¡Calla! Que implazón.