Pero tanta hambre tenias Marisol. Devuelve a ese muchacho antes de que te empiece la digestión. Si no puedes, consulta en la Biblia como devolvió la ballena a Jonás. A las dos o tres arcadas seguro que se le empieza a ver la calva. Despues es coser y cantar. Pero no te entretengas que los jugos gástricos se la pueden liar al pobre muchacho y como palme nos toca pagar la parte suya de la peña y con esto de la crisis no está uno pa gastos extra. Bueno haz lo que puedas Marisol.
¡Calla! ¡Calla! Que implazón.
Este Miguel, mira que siempre anda con historias de animales, si no es una paloma es una ballena, y si no unos conejos como los de ayer, que no los saltaba un templario.