Buenos días. En Cáceres 15º, en Zamora 9º. ¡Me cagüen la crisis, en los que la han liao y en Montoro que nos la ha restragao!
Resulta que esta mañana he recibido una llamada telefónica muy sorprendente y totalmente inesperada de alguien que, aunque conozco, nunca he estado ni he hablado con él. Me saludó muy amablemente y no quiso decirme quien le había facilitado mi número de teléfono, pero sí el motivo de la llamada. Quería que le hiciese el favor de felicitar hoy, en su nombre, a un amigo mío porque él directamente no se atrevía. Me comprometí a ello, a cambio de algo que no puedo decir, y me dispongo a cumplir mi parte del trato: Heli, muchas felicidades del Sr. Montoro. De paso aprovecho la ocasión para desearte un feliz día.