¿Por qué le interesa tanto el lenguaje?, le preguntaron en una ocasión. «Ahí es donde está la morada más visible de eso a lo que aludo como
pueblo y que no es individuos ni conjunto de individuos. En la lengua de verdad, no en la escritura, no en la cultura, no hay quien mande, no hay amo que mande, no hay Dios que mande», respondió.