Perfil
Zamora, 1926
Agustín García Calvo es una de las figuras zamoranas de una personalidad más singular. Su pensamiento político camina a contracorriente de los sistemas políticos experimentados por el país, desde el franquismo a la democracia actual. De hecho, en los años sesenta, el escritor zamoranos tuvo que abandonar su cátedra en la Universidad Complutense de Madrid para exiliarse a Francia, donde combinó las tareas como profesor, traductor y tertuliano. A través de su propia editorial Lucina, García Calvo ha publicado decenas de trabajos en el terreno del ensayo, el teatro, la filosofía o la poesía. Entre los reconocimientos a su labor, figuran el Premio Nacional de Ensayo en 1990, el Premio Nacional de Literatura Dramática en 1999 o el Premio Nacional como traductor en 2006.
Zamora, 1926
Agustín García Calvo es una de las figuras zamoranas de una personalidad más singular. Su pensamiento político camina a contracorriente de los sistemas políticos experimentados por el país, desde el franquismo a la democracia actual. De hecho, en los años sesenta, el escritor zamoranos tuvo que abandonar su cátedra en la Universidad Complutense de Madrid para exiliarse a Francia, donde combinó las tareas como profesor, traductor y tertuliano. A través de su propia editorial Lucina, García Calvo ha publicado decenas de trabajos en el terreno del ensayo, el teatro, la filosofía o la poesía. Entre los reconocimientos a su labor, figuran el Premio Nacional de Ensayo en 1990, el Premio Nacional de Literatura Dramática en 1999 o el Premio Nacional como traductor en 2006.