El café lo descubrieron unas cabras.
La leyenda cuenta que Kaldi, un pastor de Abisinia (actual Etiopía), se dió cuenta del extraño comportamiento de sus cabras después de que habían comido las hojas y los frutos rojos de cierto arbusto. Las cabras saltaban muy excitadas y llenas de energía. Este hecho le intrigó mucho y un día decidió probar él mismo aquellos frutos. Al rato, él también estaba inquieto y por la noche no podía dormir. El arbusto del que habian comido era el cafeto, planta de la que se obtiene el café.
Kaldi después llevó algunos frutos y ramas de ese arbusto al Immam de una mezquita, le contó la historia de las cabras y de como se había sentido después de haber comido los frutos.
El Imam decidió cocinar las ramas y los frutos; el resultado fue una bebida muy amarga que él tiró de inmediato al fuego. Cuando las bayas cayeron en las brasas empezaron a tostarse, las arvejas verdes que tenían en su interior produjeron un delicioso aroma que hicieron que el Imam pensara en hacer una bebida basada en el café tostado.
Vio que se podía mantener despierto toda la noche, decidió dar la bebida a sus discípulos para que se mantuviesen despiertos durante la oración de la noche. A partir de entonces las consumieron habitualmente para prolongar sus oraciones.
La leyenda cuenta que Kaldi, un pastor de Abisinia (actual Etiopía), se dió cuenta del extraño comportamiento de sus cabras después de que habían comido las hojas y los frutos rojos de cierto arbusto. Las cabras saltaban muy excitadas y llenas de energía. Este hecho le intrigó mucho y un día decidió probar él mismo aquellos frutos. Al rato, él también estaba inquieto y por la noche no podía dormir. El arbusto del que habian comido era el cafeto, planta de la que se obtiene el café.
Kaldi después llevó algunos frutos y ramas de ese arbusto al Immam de una mezquita, le contó la historia de las cabras y de como se había sentido después de haber comido los frutos.
El Imam decidió cocinar las ramas y los frutos; el resultado fue una bebida muy amarga que él tiró de inmediato al fuego. Cuando las bayas cayeron en las brasas empezaron a tostarse, las arvejas verdes que tenían en su interior produjeron un delicioso aroma que hicieron que el Imam pensara en hacer una bebida basada en el café tostado.
Vio que se podía mantener despierto toda la noche, decidió dar la bebida a sus discípulos para que se mantuviesen despiertos durante la oración de la noche. A partir de entonces las consumieron habitualmente para prolongar sus oraciones.