¡Dices tú de mili!... quedé yo bueno del trote. A las siete me levanté para no ver ni un jabalí en los Arribes. Bueno, no vi ni el Duero, que lo tenía a los pies. Así que entre el murmullo del agua de la ribera y el abrigado sol de entrepeñas dí unas cabezadas de esas modorras que saben a gloria, mientras soñaba con jabatos que se escapaban (como estos del vídeo).
http://www. youtube. com/watch? v=hsJLG8crcKY
¡Qué bien lo pasemos, coñe!
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¡Qué bien lo pasemos, coñe!