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MEMORIAS DE MALVA, Capítulo II:"Los despoblados": El Lenguar (Páginas 45 y 46)
El Lenguar
Situado entre los términos de Villalube, Fradejas y Malva. Perteneciente a
los frailes Jerónimos desde el año 1483, en que el Monasterio de Santa María de
Montamarta adquirió su propiedad “con su término redondo, por el precio de un cuento
y cien mil maravedíes”6. En 1591, El Lenguar tenía una parroquia, llamada de San
Miguel. Y su población, 71 vecinos, solo se veía superada, entre los pueblos de
su alrededor, por los 158 vecinos de Malva y los 184 de Villalube, estando por
encima de los 12 de Pobladura, los 38 de Castronuevo, los 50 de Benegiles o los
56 de Aspariegos. Se despobló en la segunda mitad del siglo XVII, de forma que
los escasos 10 vecinos que quedaban en el año 1640 terminaron emigrando a los
pueblos del entorno7. Su iglesia se transformó entonces en una ermita llamada
Nuestra Señora del Templo, que se mantuvo en pie hasta el primer tercio del
siglo XX.
Tenía su término 11.550 fanegas de superficie, que el convento arrendaba a
diferentes labradores de Villalube (7), Gallegos (8), Benegiles (3) y Malva (14).
Pagaban éstos, por el arriendo, 3.200 reales, 208 fanegas de trigo y 170 de cebada.
Como administrador y único vecino del lugar estaba el cura Fray Antonio Villalba,
que se ocupaba de que los arrendatarios pagasen los diezmos de los granos
recogidos. Por entonces sólo se mantenía en pie la antigua iglesia y la casa donde
vivía el cura, con su panera, dos establos, un horno y un pajar y, en medio del
despoblado, un palomar. Para su servicio, tenía el cura diez yeguas, un caballo y
un pollino8.
Algunos años después, la administración borbónica colonizó este despoblado
(el único de los alrededores), repoblándolo a razón de un vecino por cada 45
fanegas de tierra en sembradura y cinco más de pastos9.
Con la desamortización, el Lenguar fue vendido en 373.600 reales a Juan
Arias, vecino de Zamora, y, más tarde, cedido por éste a M. González Allende,
procurador de la provincia de Toro, el cual dejó como legado estas tierras a la
Fundacion de su nombre, que es quien las administró.
Situado entre los términos de Villalube, Fradejas y Malva. Perteneciente a
los frailes Jerónimos desde el año 1483, en que el Monasterio de Santa María de
Montamarta adquirió su propiedad “con su término redondo, por el precio de un cuento
y cien mil maravedíes”6. En 1591, El Lenguar tenía una parroquia, llamada de San
Miguel. Y su población, 71 vecinos, solo se veía superada, entre los pueblos de
su alrededor, por los 158 vecinos de Malva y los 184 de Villalube, estando por
encima de los 12 de Pobladura, los 38 de Castronuevo, los 50 de Benegiles o los
56 de Aspariegos. Se despobló en la segunda mitad del siglo XVII, de forma que
los escasos 10 vecinos que quedaban en el año 1640 terminaron emigrando a los
pueblos del entorno7. Su iglesia se transformó entonces en una ermita llamada
Nuestra Señora del Templo, que se mantuvo en pie hasta el primer tercio del
siglo XX.
Tenía su término 11.550 fanegas de superficie, que el convento arrendaba a
diferentes labradores de Villalube (7), Gallegos (8), Benegiles (3) y Malva (14).
Pagaban éstos, por el arriendo, 3.200 reales, 208 fanegas de trigo y 170 de cebada.
Como administrador y único vecino del lugar estaba el cura Fray Antonio Villalba,
que se ocupaba de que los arrendatarios pagasen los diezmos de los granos
recogidos. Por entonces sólo se mantenía en pie la antigua iglesia y la casa donde
vivía el cura, con su panera, dos establos, un horno y un pajar y, en medio del
despoblado, un palomar. Para su servicio, tenía el cura diez yeguas, un caballo y
un pollino8.
Algunos años después, la administración borbónica colonizó este despoblado
(el único de los alrededores), repoblándolo a razón de un vecino por cada 45
fanegas de tierra en sembradura y cinco más de pastos9.
Con la desamortización, el Lenguar fue vendido en 373.600 reales a Juan
Arias, vecino de Zamora, y, más tarde, cedido por éste a M. González Allende,
procurador de la provincia de Toro, el cual dejó como legado estas tierras a la
Fundacion de su nombre, que es quien las administró.