Yo me sentía a gusto, relajado. Me había puesto mi mejor traje y mi corbata favorita, la de las grandes ocasiones. Palpé mi bolsillo y comprobé aliviado que la pipa y el tabaco estaban donde siempre. Aunque últimamente está mal visto fumar en público, vivimos en una sociedad que se preocupa de estas cosas más que de los accidentes de tráfico, yo siempre he tenido a mi lado mi tabaco. Y además estaba en mi propia casa.