Y este
santo que nos daba una gran
fiesta, como era de merecer por la devoción que le tenían los agricultores de
Malva.
Que como dice, Msol, era el
baile en la
panera si llovía y en la
plaza si no llovía. También lo hicieron en el
salón de Angélico, con la orquesta de Coreses.