Es que se dice pronto, 30º en el
salón. En el
comedor de
Malva alcanzamos los 22 en horas punta.
En todos los
veranos que llevo por aquí nunca he conseguido bajar el
salón de 27º. Ni con aire, ni sin él, ni a las tres de la tarde, ni a las 7 de la mañana. Es en balde.