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37.- QUE YA PASARON LAS LECHEAS
29 de Julio de 2013 a la (s) 14:18

37.- QUE YA PASARON LAS LECHEAS

Perdón por entrar sin llamar, pero la puerta estaba abierta, claro como estaban ordeñando la vaca, y encima se oía de fondo Fuiste Mía Un Verano o Ella Ya Me Olvido de Leonardo Favio.

Algo se lo oí decir a Don Lucio el profesor de matemáticas que teníamos en el Verbo Divino:
- ¡Vamos hijo que ya pasaron las lecheras!

Era muy típico a eso de “la oscurecer”, cuando venía la luz, el movimiento de muchachos con las lecheras por todo el pueblo. Era una compra familiar, siempre se iba a por la leche a casa de algún pariente o vecino que tuviera vaca, nosotros la cogimos durante mucho tiempo en casa de mi tío José Luis.

Recuerdo a Fede el Rácano con perdón, llevándosela a Don José el médico, y un día enredando no se lo que le pasó, pero vamos que se le derramó casi toda la leche por el suelo, y ni corto ni perezoso la convirtió en desnatada y desgrasada y eso que eran tiempos que no había recortes, fue a la fuente de la cruz y rellenó la lechera al grifo.

Pero claro al día siguiente la mujer del médico le dijo a Francisca que ellos la preferían entera. Y no desnatada.

Las primeras lecheras que yo recuerdo eran de porcelana al igual que su tapadera y una asa metálica móvil con un cilindro de madera por donde la agarrábamos. Con éstas había que andar con mucho cuidado, pues si les dabas un golpe se “esborcillaban”.

Había otras de un metal blando, tipo aluminio que se abollaban con facilidad.
Y al final, claro llegaron las de plástico.

Uno de los juegos que hacíamos con la lechera era hacerla girar muy rápido con el brazo estirado, de forma que cuando llegaba la lechera a la parte superior del circulo se ponía boca abajo pero no se caía ni una gota de leche.

Había que ir todos los días a por la leche, y desde el mismo caldero con el que habían ordeñado la vaca te la despachaban con el cuartillo de hojalata que tenía una capacidad de medio litro.

Al llegar a casa no se metía en la nevera como ahora, en primer lugar por que no había neveras, y en segundo, por que había que hervirla, no venía pasteurizada, y no era tarea fácil, no bastaba darle un hervor, había que tenerla por lo menos 15 minutos hirviendo o por lo menos que subiera tres veces y si te descuidabas a la menor se te iba toda la leche.

Y entonces aparecieron los cueceleches, eran unas cazuelas especiales altas que en la parte superior tenían un cuello o estrangulamiento donde se apoyaba una especie de tapadera agujerada por donde hervía la leche impidiendo que se saliera. Otro artilugio que apareció fue un pequeño disco de cristal que al hervir la leche se movía en la base dentro de la cazuela, haciendo que los borbotones de la leche fueran menores, dificultando su salida.

¡O no?

Salud.