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MALVA: Réplica de FACEBOOK....

Réplica de FACEBOOK.

CRÓNICAS DE UNA LETRA MINÚSCULA (JMG) 1. – La crisis, los gatos de Fuentes y un huevo de pato.
10 de agosto de 2013 a la (s) 13:05

CRÓNICAS DE UNA LETRA MINÚSCULA (JMG)

1. – La crisis, los gatos de Fuentes y un huevo de pato.

Crisis, crisis, que crisis, no sé si entonces ya se había inventado la palabra crisis, que hoy día se utiliza hasta para decirla cuando se hacen una foto un grupo de amigos, para que queden más favorecidos. Antes era “pa-ta-ta”. En tiempos pasados, en nuestros pueblos no sé si habría crisis, más bien hambre, por no decir miseria.
Cuentan que llegó el día, que Malva se quedó sin gatos, los ratones campaban a sus anchas, de manera que cundió el pánico, hasta tal punto que tuvieron que ir a Fuentesecas, pueblo de al lado, a por gatos.
Pidiendo las autoridades, de una manera informal, a la gente del pueblo, que por favor, abandonaran la costumbre de cazar gatos para comerlos, si no los ratones y las ratas los iban a comer a ellos. Efectivamente ese fue el motivo de la desaparición de los gatos, unas veces los cazaban los mozos para hacer meriendas y otras la imperiosa necesidad para paliar el hambre de algunas familias.
De aquella, el arroyo de Voga, que en tiempos aún más lejanos casi tuvo la categoría de río, cruzaba el pueblo superficialmente, entrando por la parte alta uniéndose con el regato de Fuentes, al pasar éste el puente donde cayó con el tractor Narciso el de Fuentes (para Narciso el de Fuentes, regato de Malva), continuaba dejando el molino, la panera comarcal, la fragua, plazuela, puerta Vicenta, el badén, saliendo por las huertas (el parque) camino del Valderaduey. Hoy está todo canalizado.
Las capas freáticas estaban mucho más altas, que en nuestros días, había muchos manantiales, humedales, fuentes y arroyos por todo el campo, donde la gente acostumbraba a saciar su sed.
Pues bien puestos en situación, la gente del pueblo a parte de tener otros animales de corral, tenía patos, que pacían a sus anchas por todo el regato, durante el día. Por la noche, cada mochuelo a su olivo, ellos solos se iban, cada uno a su corral. La salida por las mañanas para los patos, era diferente, necesitaban un permiso o pase para ir a disfrutar del arroyo. Los dueños, normalmente la dueña, cogía los patos de uno en uno, les metía un dedo en el culo, si había puesto, lo tenía vacío, pase permitido. Si lo tocaba, es que lo tenía aún en el culo, no había puesto, pase denegado, ese quedaba en el corral hasta que depositará un bien muy preciado, un huevo de pato.

A esta crónica respondió heli:

No como Octavio, que subía al gallinero, para que no le tocara hacerlo a su abuela Mercedes, y desde la puerta del gallinero le tiraba con los huevos:
- "Abuela, ¡vaaaaa!".

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Si hombre y me dijo mi primo Angelito, que si decían que si Albert Einstein había dicho……….

“Que es más fácil destruir un átomo que un prejuicio”

Salud.